jueves, 19 de abril de 2007

A 20 años del "Felices Pascuas" de Alfonsín

Por Axel Frydman

Hoy, 19 de abril, se cumplen justo dos décadas de aquellos agitadas jornadas de aquella Semana Santa de 1987 -que algunos bautizaron como los "cuatro días que conmovieron a la Argentina"-, cuando los represores, torturadores y asesinos de la dictadura militar se pintaron la cara para lograr la impunidad de sus crímenes cometidos en ese período. Objetivo conseguido mediante la ley de "Obediencia Debida", otorgada y votada en el Congreso por el gobierno de Raúl Alfonsín y avalada por la mayoría de los políticos tradicionales en la llamada "Acta de coincidencia democrática", eufemismo firmado ese día en la Casa Rosada.

A comienzos de diciembre de 1986, el gobierno radical había logrado la sanción de la ley de "Punto Final", que ponía un plazo de 60 días para la presentación de causas por violaciones a los derechos humanos en los juzgados de todo el país. Pero la medida le resultó como un "boomerang", dada la avalancha de casos que se presentaron en los tribunales de todo el país. Así fue como el represor Ernesto Barreiro se negó el 15 de abril de ese año a presentarse a una citación en un juzgado de Córdoba, dando comienzo al "movimiento carapintada" que lanzó a la arena política al hasta entonces desconocido Aldo Rico, y que quería una "solución política" (lease amnistía) contra la búsqueda de justicia por parte de la mayoría de la población, y reinvindicar a su vez todo lo actuado en la dictadura militar del '76.

Al comienzo, Alfonsín convocó a la población a movilizarse y salir a la calle para tener un contrapeso en las negociaciones con los militares mientras intentaba restaurar la cadena de mandos (aunque él ya había planteado un esbozo de "obediencia debida" con los "niveles de responsabilidad" en la campaña electoral. Objetivo desdibujado luego del Juicio a las Juntas de 1985). La gente cantaba en la Plaza de Mayo, aludiendo a un posible intento de golpe de Estado: "Si se atreven les quemamos los cuarteles". Pero luego de cuatro tensos y movidos días, es conocido el desenlace: El 19 de abril de 1987 terminó la rebelión carapintada encabezada por Aldo Rico como respuesta al avance de los juicios por violaciones a los derechos humanos. Una multitud había llenado la Plaza de Mayo para respaldar al gobierno. Raúl Alfonsín (junto a Antonio Cafiero, Oscar Alende e Italo Luder entre muchos otros) anunció el fin del alzamiento desde el balcón de la Casa Rosada. “Felices Pascuas. La casa está en orden”, dijo. Poco después, envió al Congreso la ley de "Obediencia Debida".

Hoy, a 20 años, la lucha por el juicio y castigo vuelve a actualizarse y sigue vigente, porque la casa nunca estuvo en orden.

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