jueves, 12 de abril de 2007

A 20 años de la muerte de Primo Levi

Por Axel Frydman
Primo Levi fue un sobreviviente de Auschwitz. Ayer, 11 de abril, se cumplieron 20 años del suicidio de quien fue uno de los 20 judíos italianos, sobre 650 deportados, que pudo contar la vida en el infierno. Había nacido en Turín en 1919, se graduó en Química y en 1941 se unió al movimiento de resistencia antifascista. Dos años después fue detenido por la milicia de Mussolini que lo entregó al ejército de ocupación alemán. Fue a parar al campo de concentración emblema de la barbarie y el horror nazi. Después de ser liberado por el Ejército Rojo en 1944, transitó por Europa Oriental y finalmente volvió a Italia, donde trabajó como químico hasta que se convirtió en escritor.

Sus libros más importantes están signados por los recuerdos más traumáticos de su paso por Auschwitz. En Si esto es un hombre (1947) queda reflejada su necesidad imperiosa de dar testimonio del Holocausto. En La tregua (1963) cuenta la lenta transición entre el nazismo y la vida cotidiana en ese período gris y anodino que fue la posguerra. Después escribió Si ahora no, ¿cuándo? (1982) y un año antes de suicidarse, su obra maestra: Los hundidos y los salvados, donde Levi responde con firmeza a los revisionistas que han negado y niegan el Holocausto. También escribió cuentos y ensayos. Parte de sus memorias se leen en Momentos de Indulto y El Sistema Periódico. Con Si ahora no, ¿cuándo?, que cuenta la historia de una banda de partisanos judíos durante la Segunda Guerra Mundial errantes por Rusia y Polonia ganó los premios Viareggio y Campiello.

En un emotivo homenaje que se le realizó ayer en la Embajada de Italia, la Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach, que entrevistó al escritor mientras denunciaba en Italia la desaparición de su hija por la dictadura militar, dijo que conoció a un hombre "tal como lo había imaginado: muy lúcido, muy tímido, serio pero con un sentido del humor agudo y mucho afecto en el trato". Ella le contó sobre el secuestro de su hija Franca "y él, con mucho tacto pero desde su honestidad me quitó un poco las esperanzas de volverla a encontrar con vida", agregó Vera. "Ahora entiendo todo -continuó-. Incluso no olvido la frase que me dijo: 'La memoria puede transmitirse pero el relato más veraz del horror se lo llevaron los muertos'".

1 comentario:

errebe dijo...

Interesante artículo, se enriquecería más con un link por párrafo, Axel. ¿Qué pasó con el Snap?