martes, 10 de abril de 2007

Miles de personas marcharon en todo el país para repudiar el asesinato del maestro

Por Axel Frydman

Docentes, alumnos, trabajadores, desocupados, profesionales de todo tipo, amas de casa, gente común, etc; miles y miles de personas protestaron ayer en toda la Argentina por el crimen del profesor Carlos Fuentealba en Neuquén. En Buenos Aires, en Salta, en Santa Cruz, en Neuquén, en todos lados, se escuchó un grito: ¡"Nunca más"! El maestro murió el viernes, luego de 36 horas de agonía producto de un itakazo con una bomba de gas lacrimógeno que le lanzó el policía de Zapala, Darío Poblete, a menos de tres metros de distancia, al interior del Fiat 147 en que se encontraba el docente. El gobernador Jorge Sobisch, del derechista Movimiento Popular Neuquino (MPN) había dado la orden de impedir como fuera el corte de ruta de los docentes neuquinos en conflicto salarial.

Como diez años atrás, el 12 de abril de 1997, la policía de la misma provincia, mataba en Cutral Co a Teresa Rodríguez. Teresa tenía 24 años y era empleada doméstica. Mataron a Teresa, pero la bala apuntaba también contra la pueblada desencadenada a partir de otra lucha docente, que amenazaba multiplicar piquetes y resistencias más allá de sus propios límites. El gobernador de Neuquén entonces, era Felipe Sapag. también del MPN.

O como el 12 de abril de 1995, en Ushuaia, era asesinado por la policía provincial el obrero de la construcción Víctor Choque. La bala mató a Víctor, pero la orden de muerte tenía como objetivo desarticular la movilización obrera que se extendía en el extremo más austral del mundo. Matar el corazón rebelde del sur. El gobernador de Tierra del Fuego era José Estabillo, del PJ.

Otra vez la represión y la muerte para intentar sofocar y acallar la protesta social. Otra vez miles de personas salieron a la calle a enfrentar el terror y decir bien fuerte:

¡Compañero Carlos Fuentealba, presente!

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